sábado, 13 de junio de 2015

Relación Familia – Escuela. Cómo conseguir el apoyo de las familias en la educación de los hijos


En esta video conferencia, Oscar González, profesor de educación primaria, reflexiona sobre la comunicación entre las Instituciones y las familias de los niños que concurren a estas.

Primera parte: La difícil relación entre familias y escuelas

Consideraciones previas

En la actualidad el conflicto predomina en todos los ámbitos. Se vive una crisis a nivel social, educativo y de valores, que tiene consecuencias sobre la educación.

José Antonio Marina explica que existen dos tipos de problemas: los teóricos, que se resuelven cuando se conoce la solución; y los prácticos, que se solucionan cuando se logra poner en práctica la solución.  El problema de relación entre las familias y la escuela, se considera del tipo práctico ya que a pesar de saber lo que hay que hacer para solucionarlo, no se logra en la práctica.

Este conflicto se caracteriza por la desconfianza mutua. Las familias se quejan de los docentes y los docentes de las familias que reciben.

Hay que revertir esta situación buscando puntos de encuentro en el equipo educativo formado por las familias y las escuelas.

A pesar de que ambas partes anhelan tener una buena relación, las familias esperan que las escuelas cambien, y viceversa. Refiriéndose a esta cuestión, González plantea: ¿Por qué no cambiamos todos?

Tipos de familias

Basándose en la  clasificación de Coleman, simplifica la teoría y plantea la existencia de cuatro tipos de familias:

·         Preocupadas por la educación de sus hijos: se definen por el compromiso. Participan, asisten a las reuniones, colaboran con el profesor, asisten a las actividades. Son familias que valoran la figura del profesor y lo trasladan a sus hijos.

·         Despreocupadas por la educación de sus hijos: delegan la educación a las escuelas. No participan, ni asisten. No aportan valor a la educación.

·         Preocupadas en exceso por la educación de sus hijos: regularmente quieren tener entrevistas con los profesores. Preocupación exagerada por la educación y por las notas de sus hijos.

·         Ausentes, desconectadas de la educación: No adaptadas a la realidad educativa. Desconectadas. Niños ausentes. Familias con experiencias desagradables en relación a la escuela.

En el Siglo XX se transformó la estructura familiar, fracturándose el modelo tradicional. Hoy existen familias monoparentales, homosexuales, “mercuriales” e inmigrantes y esto tiene repercusión en el plano educativo ya que la Escuela deberá tener contacto con todas ellas.

Características relación familia escuela

Actualmente, a nivel general, esta relación se caracteriza por la desconfianza.

Este desencuentro se produce por desconocimiento. La familia desconoce lo que sucede en la escuela, y la escuela desconoce lo que sucede con las familias. Las dos partes utilizan un doble lenguaje, perdiéndose el principio de sinceridad.

La solución a este desencuentro es conocer, comunicándonos, preguntando “¿Qué está ocurriendo?”, analizando y actuando. Actualmente saltamos los primeros pasos y simplemente actuamos, lo nos lleva incrementar el desencuentro.  Necesitamos encontrar tiempo para dialogar, tiempo para escuchar lo que nos están diciendo. Construyendo de esta forma, una base de confianza.

Educar en equipo, compartir

La responsabilidad educativa no puede caer solo en la escuela, debe ser una tarea compartida entre familia y escuela. Educar con la familia, integrada, trabajando en un proyecto común. El beneficiario es el niño.

Para actuar como un equipo hay que buscar espacios de reflexión en los que se pueda compartir la educación de los niños, dentro o fuera del espacio lectivo. De forma tal que se pueda hablar sobre criterios educativos, información del niño o valores en los que debemos ponernos de acuerdo. En todos los centros debiera existir una escuela de padres y madres, ofreciéndoles así un tiempo para compartir, dialogar y que se sientan parte de la solución a sus problemas.

Segunda parte: Promover la participación.

¿Participan las familias?

Sí, pero no lo suficiente.  Los profesores se quejan de que los padres no asisten a las reuniones. Por otro lado, la mayoría de las veces concurren las madres, dejando la figura paterna fuera del ámbito educativo.

¿Por qué no participan?

Por causas diversas entre las que se encuentran:

-          Ausencia de pertenencia. Sienten que no pertenecen a esa comunidad. Individualismo.

-          Por desconocimiento. Falta de información.

-          Despreocupación. Dimisión.

-          Desmotivación.

-          Dificultades para asistir.

Formas de participar en el centro educativo

ü  Reuniones. Tiempos para dialogar, lugar de encuentro que debe permitir que las familias hablen. Objetivos claros, preparadas especialmente para los grupos.

ü  AMPAS. Asociaciones de madres y padres.

ü  Consejos escolares.  Las familias deben estar dispuestas a colaborar o compartir, de otra forma se agranda aún más la brecha.

ü  Escuelas de padres y madres. Psicólogos, pedagogos y docentes que acompañan a las familias.

ü  Otras formas. Ideas de las familias, colaboración desde casa, deberes, seguimiento diario.

Medios para mejorar estas relaciones y promover la participación.

Ideas para mejorar la comunicación entre docentes y familias:

-          Sinceridad.

-          Hablar y escuchar.

-          Trabajar desde la humildad.

-          Reconocer errores.

-          Aprender y ceder.

-          No invadir la intimidad del otro.

-          Tener en cuenta qué decimos y cómo lo hacemos.

-          No faltar respeto.

Las convocatorias deben ser precisas para que no pierdan importancia.

Otros medios para comunicarnos pueden ser: folletos, cartas, manuales, página web de la institución, e mails, blog, redes sociales, etc.

Tercera parte: Ideas para pasar a la acción y establecer una alianza familia-escuela.

Ideas e iniciativas interesantes

×  Comunidades de aprendizaje: grupos interactivos en las aulas.

×  PTA: Parents and Teachers Association. (Solo en Estados Unidos) Trabajan de manera conjunta. Implican a las familias en la educación. Entran en las aulas, participan.

×  Movilización educativa: José Antonio Marina plantea que “para educar a un niño hace falta la tribu entera”.  Toda la sociedad implicada en la Educación.

×  Ciudades educadoras: movilización al igual que Marina pero a nivel local. Propuestas hechas a nivel político que no siempre funcionan realmente.

×  Buenas prácticas: implicar a las familias en los proyectos, actividades de bienvenida y despedida, firmar un compromiso entre la familia y el centro educativo, etc.

Propuesta: Alianza Educativa.

Pretende conseguir una alianza entre la familia y la escuela para trabajar en conjunto, para participar y colaborar aportando ideas de ambas partes.

Se realizó un proyecto llamado Optimismo educativo, consistente en una revista online,  a través de la cual con escritos de docentes, familias y colaboradores se habla de soluciones o posibles soluciones a problemas educativos.

El objetivo de la propuesta es que todos vayamos en la misma dirección, haciendo aportes que puedan ponerse en práctica en beneficio de la educación.  

 

*http://www.smconectados.com/SMCR_Conferencia_Relacion_familia_escuela.html

martes, 9 de junio de 2015

Del Arte a la Educación. Criterios y Experiencias.

El segundo encuentro de este seminario-taller, realizado el sábado 30 de Mayo, en la ENS N° 10, tuvo como título "Del objeto a la metáfora".
 
La jornada comenzó con la lectura de un texto a la luz de un vela. Partiendo de allí nos sumergimos en un espacio preparado con telas y música instrumental, una especie de laberinto que deberíamos recorrer en silencio ayudándonos con la luz de una linterna.
 
Luego de recorrerlo por varios minutos nos propusieron elegir algún objeto de los preparados en las mesas acomodadas en los laterales del aula. Exploramos la luz a través de papeles de diferentes colores, a través de diferentes texturas, las sombras de nuestras compañeras, la sombra que producen objetos cotidianos sobre las telas y los distintos efectos que se producen con la luz proveniente de las linternas. A continuación cada una de las participantes hizo una breve muestra de su experiencia, para lo que se utilizó un método curioso. Para llamar la atención de las compañeras, la que fuera a compartir su experiencia, debía apuntar con la linterna hacia el techo y el resto acudiríamos al sector en el que se encontrase para poder apreciarla.
 
Para finalizar esta primera parte, escribimos lo que sentimos en un papel y lo leímos en voz alta.
 
A modo de cierre se realizó una presentación que motivó el debate acerca de la utilización de la palabra oscuridad como metáfora para referirnos a lo desconocido, lo peligroso; y la luz como el conocimiento.
 
Para finalizar la jornada apreciamos la utilización de la metáfora en diferentes lenguajes artísticos.

lunes, 8 de junio de 2015

Nadie

                                        La difícil comunicación entre las familias y la escuela.

No hace mucho tiempo, un mañana en el Jardín, surgió un inconveniente con la mamá de uno de los chicos de sala de 12 meses.  

Ese día, ya pasadas las 9: 30 y habiendo terminado el horario de ingreso, sonó el timbre. Salí de la sala de 2 de la que soy auxiliar para ir a abrir la puerta, actividad de la que me encargo en los distintos horarios de entrada recibiendo a los alumnos.

Cuando me acerqué a la puerta me encontré con Román y su mamá, Natalia. A pesar de que llegaron tarde, no le dije nada, ya que la Directora me pidió que haga una excepción con esta familia dado que vienen desde Tigre y resulta difícil calcular el tiempo de viaje desde esa distancia.

Al recibir a Román, Natalia me preguntó si existía la posibilidad de hablar con Nadia, la maestra de su hijo.  Le pedí que me espere en la puerta, mientras averiguaba si Nadia podría atenderla. Llevé a Román a la sala y le transmití a la docente el pedido de la mamá, ofreciéndome a quedarme en su lugar.  Las dos imaginamos que el tema de la charla giraría en torno a la inasistencia de Román al Jardín en los días previos, con motivo de una infección en la rodilla que le impedía caminar con normalidad. Situación de la que estábamos al tanto dado que Natalia había tenido una extensa charla telefónica con la docente del turno tarde el día anterior.

Para mi sorpresa Nadia me contestó lo siguiente: “andá y decile que ahora estoy desayunando con todos los chicos. Si hubiera venido 8:30 la atendía, pero ahora no.  Si quiere hablar conmigo que llame a Silvia y que coordine una entrevista”. Me quedé muda, pensando en cómo decírselo a la madre. Salí de la sala y caminé por el pasillo sabiendo que a Natalia no le iba a gustar lo que tenía para decirle. Llegué hasta la puerta y le expliqué que Nadia en ese momento no podía salir de la sala porque estaba compartiendo el desayuno con los chicos, pero que si coordinaba una reunión con Silvia podría hablar con ella otro día. 

A pesar de sentirme expuesta ante la situación que se generó, en cierto punto comparto la decisión de la docente de no salir de la sala. Si la maestra tuviera que presentarse ante los padres en cada reclamo por parte de ellos, dejaría al grupo solo en varios momentos del día. Por lo que coincido que este tipo de encuentros debiera estar previamente pautado.

En relación a mi función muchas veces me pregunto: ¿Cómo decirle a los padres cosas que no quieren escuchar intentando que no se enojen?

Como era esperable no le gustó mi respuesta. Poniéndome en su lugar,  tampoco me hubiera gustado que no me atiendan. Cambiando el tono me preguntó por Silvia, la Directora de Jardín. Le conté que Silvia ese día llegaba después del mediodía, pero que Laura, la dueña, estaba por llegar. Me contestó que iba a estacionar el auto y volvía a esperarla. 

¿Es aceptable que no haya ningún directivo en la Institución?

Pasaron 20 minutos hasta que Natalia volvió. En ese tiempo ya había llegado al Jardín Cecilia, la empleada administrativa, quien escuchó la conversación que manteníamos mientras yo acompañaba a la mamá de Román a un sector en donde pudiera sentarse a esperar a Laura. Cecilia, preocupada por la situación se acercó para informarnos que ésta no iba concurrir ese día, lo que generó aún más enojo en Natalia que comenzó a gritar: “¡¿Cómo puede ser que no haya nadie?! La maestra no tiene ganas de atenderme y los directivos no están. ¿Me están cargando?”. En ese momento Cecilia me pidió que me retirara para poder conversar entre ellas. 

En relación a la ausencia de los directivos, entiendo que fue el detonante del enojo de Natalia. Comparto con ella que al menos algún integrante del equipo directivo debiera estar disponible en forma permanente durante la jornada escolar.

En este lapso los nenes de la sala de 12 meses habían terminado de desayunar y una de las nenas había vomitado. Esta fue otra explicación que Cecilia le dió a Natalia para justificar la imposibilidad de Nadia para salir de la sala. Hablaron durante diez minutos y la mamá se retiró aún más enojada que antes.

Al otro día, Silvia, me comentó la larga conversación que tuvo con Natalia por teléfono. Ella creía que yo le había mentido, dándole excusas, lo que la hizo enojar conmigo. Los directivos defendieron a las docentes, pero ¿tiene razón Natalia en pedir que alguien escuche su reclamo?, ¿Por qué el Jardín no tiene una buena comunicación con esta familia?, ¿Qué espera esta mamá de las docentes? ¿Natalia confía en la Institución? ¿Por qué?

Tomando distancia de la situación, si  viviera una experiencia similar intentaría ser el nexo entre la docente y la madre, pero ¿es parte de mi función? ¿Le sirve a las familias que yo asuma este rol?